QUEENSTOWN.- "Good morning, I drink a hot chocolate with churros, please", es el pedido a la moza con un básico inglés. "Los quiere con dulce de leche o con chocolate?", contestó para sorpresa y agrado. Aleluya, ¡alguien que hable en español en estas tierras! Claro, el bar "Patagonia" ubicado en Queenstown, escala previa a la sede del próximo duelo de Los Pumas, es de un argentino, pero no es el único aquí.

Apostada a la par de un lago y muy parecida a Bariloche, la ciudad cuenta con tres centros de ski y diferentes opciones para aprovechar el paisaje: parapente, rafting, bungee jumping, entre otros. Es uno de los lugares de mayor atracción para el turismo, rodeado por sus nevadas montañas y de una belleza singular. Un lugar ideal para recargar las pilas antes de seguir el viaje a Invercargill donde Los Pumas enfrentarán a Rumania. Para este Mundial, le tocó alojar a Inglaterra, verdugo de los argentinos en el primer juego y con una particularidad: es común ver a sus jugadores paseando por el centro o por el lago, sacándose fotos con todos.

Algo impensado para los argentinos, ya que Los Pumas se hospedan en un búnker impenetrable y sus jugadores ni se asoman a la puerta. Aquí, los ingleses andan sin problemas por las calles.

El bar es propiedad de un argentino, pero no es una excepción. Se calcula que más de 50 residen en Queenstown. Muchos de ellos vivían en Christchurch y emigraron hacia esta ciudad tras el terremoto del año pasado, como la cordobesa Cecilia Allende y su familia, que montó la agencia de turismo más solicitada por los argentinos en estos días. "Aquí hay mucho por hacer, un día es poco para quedarse. Se necesitan tres, al menos, para disfrutar de todas las actividades que tiene este lugar", recomendó.

También encontramos a Luis, un joven de Trancas que llegó hace cuatro años y está feliz. "Igual extraño Tucumán y a los amigos", confesó. "Juani", un mendocino, profesor de Educación Física de 27 años, llegó hace dos meses y trabaja en uno de los mejores hostels de la ciudad y además es personal trainer. "Este es un país maravilloso y un lugar espectacular, con gente muy amable, pero extraño las reuniones con amigos, que acá no hay. Mi idea es volver a la Argentina", destacó.

Más allá de su impronta argentina original, el Mundial la ha dotado con más argentinidad aún. Unos 2000 fanáticos "pumas", entre ellos alrededor de 50 tucumanos, han hecho que Queenstown, la Bariloche neocelandesa, sea argentina por algunas horas.